Charles Darwin fue un eminente científico que revolucionó nuestra comprensión de la evolución biológica con su teoría de la evolución a través de la selección natural.
Darwin desarrolló su teoría de la evolución después de embarcarse en un viaje alrededor del mundo a bordo del HMS Beagle en 1831. Durante este viaje de cinco años, exploró y estudió la flora, la fauna y los fósiles de distintas regiones. Observando las diferencias en las especies de animales, dedujo que los cambios en el medio ambiente y la competencia por los recursos conducen a la evolución de nuevas especies.
Su investigación y estudios posteriores lo llevaron a concluir que la selección natural es el proceso mediante el cual las características más ventajosas para la supervivencia y reproducción de una especie son heredadas por las generaciones futuras. Esta adaptabilidad y flexibilidad a los cambios ambientales, según Darwin, son esenciales para que una especie sobreviva y prospere en un mundo en constante evolución. De ahí su célebre frase: «No son los más fuertes de una especie los que sobreviven, ni los más inteligentes. Sobreviven los más flexibles y adaptables a los cambios».
Esta premisa también encuentra eco en el mundo de los negocios, donde la inteligencia emocional se ha convertido en un factor determinante de adaptabilidad que fomenta un clima laboral óptimo, y construye equipos de trabajo altamente eficaces.
La inteligencia emocional en los negocios
La inteligencia emocional abarca diversas competencias que debemos desarrollar para marcar la diferencia en la gestión de nuestros equipos de trabajo.
Basándonos en una investigación realizada a 19 jefes de las compañías de seguros más exitosas del mundo, se identificaron que son cuatro las competencias clave que destacaron en estos líderes excepcionales:
- Motivación de logro.
- Capacidad de catalizar el cambio.
- Empatía.
- Desarrollo del liderazgo.
Todos estos líderes constantemente se capacitan para mejorar en sus funciones, y a su vez, potencian el liderazgo en otros miembros de su equipo con programas de capacitación y mentoría que impulsarán el crecimiento profesional y personal de sus colaboradores.
Aquellos líderes que, utilizando la inteligencia emocional, son capaces de adaptarse a las diferentes situaciones de la empresa, generan un mejor clima organizacional, que se destaca por fomentar la claridad, la flexibilidad y la libertad para innovar.
Así mismo, los líderes que, usando los diferentes estilos de liderazgo, estimulan a sus colaboradores a alcanzar objetivos cada vez más exigentes, generan un sentimiento de orgullo y satisfacción en el trabajo, lo que a su vez reduce la rotación de personal y mejora la eficiencia operativa.
Podrás combinar estilos de liderazgo resonantes como el visionario, el coach, el afiliativo y el democrático con estilos disonantes como el timonel y el autoritario, según la circunstancia para fluir armoniosamente y promover un ambiente de trabajo equilibrado y proactivo. Debes evitar reacciones impulsivas de ira y desesperación frente a los contratiempos, y, en cambio, optar por los estilos de liderazgo que evalúes adecuados en cada situación.
Si constantemente te estás enfrentando con personas que tienen valores muy distintos a los tuyos, te será muy complicado mantenerte dentro de tus cabales. La selección en tu reclutamiento debe ser tomada muy en serio.
Tu equipo de trabajo es tu familia, es con quien pasas más tiempo, así que deben ser personas similares a ti en creencias y valores, así son las familias. Si desde el reclutamiento solicitas reportes psicométricos de las personas, podrás conocer más sobre sus intereses, motivadores e inteligencia emocional, lo que le ayudará mucho al equipo a incorporar fácilmente a una nueva persona en un ambiente laboral saludable.
Beneficios de un buen clima laboral
Un buen clima laboral, impulsado por la inteligencia emocional de los líderes, conlleva numerosos beneficios para las empresas:
Mayor Productividad: Los empleados que se sienten valorados y satisfechos tienden a ser más productivos y comprometidos con su trabajo.
Reducción de la Rotación de Personal: Un ambiente de trabajo positivo disminuye la rotación de empleados, lo que ahorra costos asociados a la contratación y la capacitación de nuevos trabajadores.
Mayor Innovación: Un clima laboral que fomente la libertad para innovar y la flexibilidad mental promueve la creatividad y la resolución de problemas.
Mejora del Liderazgo: Los líderes emocionalmente inteligentes tienen la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones y estilos de liderazgo, lo que genera un ambiente de trabajo equilibrado y proactivo.
Selección de Personal Adecuado: Utilizar pruebas psicométricas y evaluaciones emocionales en el proceso de reclutamiento ayuda a incorporar personas con valores y creencias similares, fortaleciendo la cohesión del equipo.
En resumen, la adaptabilidad y la inteligencia emocional se han convertido en pilares esenciales en el mundo empresarial. Al reconocer la importancia de estas competencias y aplicarlas en la gestión de equipos, los líderes pueden crear un clima laboral inspirador, fomentar la excelencia y desbloquear el potencial de sus colaboradores. En un mundo empresarial en constante evolución, la capacidad de adaptarse y promover un ambiente de trabajo saludable es un activo invaluable. El viaje hacia el éxito en los negocios comienza con la comprensión y la aplicación efectiva de la inteligencia emocional en todas las facetas de la gestión empresarial.
Si te interesa saber más sobre finanzas e inversiones, he preparado una playlist para ti:

Lleva a tu empresa a otro nivel con nuestro programa de desarrollo personal, agenda una llamada de descubrimiento.